Cuando se cumplen dos semanas desde la salida procesional de nuestra Hermandad por las calles de Zamora, queremos recordar las palabras que nuestro Abad, Juan Antonio Haedo, nos dirigió a los hermanos antes de salir a la calle acompañando a nuestro Smo. Cristo.


Nuevamente Señor de la Barriada del Espiritu Santo, nuevamente ante ti Stmo. Cristo del Espíritu Santo, venimos a postrarnos, ya es el cuadragésimo año que tu nos concedes esta gracia, se cumplen hoy 40 años de nuestra salida a la calle. Y venimos como cada año para manifestar a los cuatro vientos de nuestra querida Zamora, a través de nuestro Desfile Procesional, que creemos que tu eres el Camino, la Verdad y la vida, que tu palabra dirige nuestro pasos por esta vida terrenal, y que cuando nos llames a tu seno, como ya has hecho como muchos de nuestro Hermanos, por los que te pedimos hoy especialmente, estaremos gozando de la vida eterna, pues creemos que tu has vencido a la muerte, que tu has muerto y resucitado para salvarnos del pecado y de la muerte, y de tantas muertes que cada uno tenemos en nuestra vida diaria.

Hermanos el acto que vamos a celebrar por la calles de Zamora, es una manifestación de fe en nuestro Señor Jesucristo, es un acto de penitencial.

Hoy Hermanos tenemos una oportunidad inigualable para poder pedirle a nuestro Señor, al que en breves instantes sacaremos a la calle, por todas nuestras necesidades, por los hermanos fallecidos de nuestras Hermandad y sus familias, por nuestras familias, por nuestros amigos, por las necesidades y anhelos de aquellas personas que hoy se sienten desamparadas por la crisis que nos golpea.

Hermanos hoy es un día muy especial, y seguro que el Espíritu de nuestro señor Jesús, hoy revoloteara sobre todos nosotros y tendrá bien abiertos sus oídos, si con devoción manifestamos que creemos en Él, que Él ha muerto y resucitado para salvarnos.
Pedid y se os dará, dice el Señor, pidamos con fe y si nos conviene seguro que el Señor nos lo concederá.

Hermanos pidamos siempre unos por otros, y así nunca estaremos solos, el Señor siempre estará con nosotros.