El tríduo al Santísimo Cristo del Espíritu Santo se desarrollo con solemnidad aunque con una escasa participación de los hermanos. A lo largo de los tres días, nuestro capellán, Florencio Gago, reflexionó sobre la identidad del cofrade y lo necesarias que son las hermandades y cofradías para la sociedad en la que vivimos, ya que constituyen lugares de sociabilidad y hermanamiento que hacen presente la existencia de Cristo.

Nuestra imagen titular presidió la celebración desde un altar cuaresmal levantado para la celebración y en el que permanecerá hasta la procesión del Viernes de Dolores.