El año litúrgico: el Adviento
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- Publicado: 04 Diciembre 2013
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El Adviento, término procedente del latin Adventum -ad-venio (venir, llegar)-, es un tiempo litúrgico que comienza en el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de noviembre), y abarca los cuatro domingos anteriores a la navidad, por lo que su duración es variable -oscilando entre 22 y 28 días).
En la organización actual de la Liturgia Romana el tiempo llamado de Adviento encabeza todo el ciclo festivo cristiano que se denomina año eclesiástico o litúrgico.
Durante este tiempo se exhorta a los fieles a prepararse dignamente para celebrar el aniversario de la venida del Señor. Es un tiempo de un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por la espera vigilante (es decir, tiempo de esperanza y de vigilia), de arrepentimiento, de perdón y de alegría.
Aunque los orígenes de la celebración del Adviento son muy confusos, se cree que se incorpora de forma paralela a la instauración de la fiesta de la Navidad a finales del siglo IV, observándose numerosos cambios tanto en su en su duración /seis, cuatro, tres semanas), como en su caracter (más o menos penitencial y ascético), liturgia y rituales, a lo largo de la historia.
El papa San Gregorio Magno (ca. 540 en Roma – 12 de marzo de 604), fue el primero en redactar un Oficio para el Adviento, y el Sacramentario Gregoriano es el primero que proveyó Misas propias para los domingos de Adviento.
Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.
En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.
El color litúrgico es el morado, salvo durante el III domingo, llamado de Gaudete -por la primera palabra del Introito de la Misa (Gaudete, es decir, Regocíjense)-. en el que al igual que el Domingo Laetare -IV domingo de Cuaresma-, se hace un alto en el carácter penitencial del Adviento, por la júblilo que supone la cercanía de la venida del Señor, y se permite del color rosa, resultante de la mezcla del morado con el blanco.
Aunque de origen pagano, e introducida por los protestantes, a lo largo de la historia se ha generalizado el uso de la llamada "Corona de Adviento".Esta corona simboliza los cuatro domingos que integran el Adviento en el calendario litúrgico de la Iglesia de Occidente.
Consiste en un círculo -figura que no tiene ni principio ni fin-, como símbolo de la eternidad de Dios, formada a base de trenzar ramas de plantas de hoja peremne, que simbolizan que Cristo está vivo en tre nosotros. A lo largo de la corona se colocan cuatro cirios que simbolizan a Cristo, a partir del evangelio de Juan que lo presenta como "luz del mundo".
El primer cirio se enciende en el primer domingo de Adviento. Sucesivamente se encienden los restantes cirios, uno nuevo en cada uno de los siguientes domingos, hasta que en el domingo previo a la Navidad se encienden los cuatro cirios. A veces, se ubica en el centro un quinto cirio, que se enciende en Nochebuena o en Navidad.
El color de los cirios se corresponde con los colores litúrgicos utilizados a lo largo del periodo de Adviento: el morado, color de profundización espiritual y preparación en las velas correspondientes a las tres primeras semanas de Adviento; el color rosado que se usa el el III domingo de Adviento -o Domingo de Gaudete-, y el blanco que en la liturgia simboliza pureza y tiempo de júbilo, y es usado en los momentos principales del calendario litúrgico: Navidad y Pascua. Pese a esto podremos ver Coronas de Adviento con velas de todos los colores.
Hay constancia de que San Bonifacio (680-754), adornó la coronz de Adviento con manzanas -símbolo del árbol del bien y del mal-, pero con el tiempo, las manzanas fueron sustituidas por esferas de colores y actualmente con bolas de navidad.
El simbolismo de cada elemento de la corona preexiste al mismo cristianismo. El círculo es un símbolo del ciclo continuo de las estaciones, en las sociedades agrarias, mientras que las especies de hoja peremne simbolizan la inmortalidad, y la luz se identifica con el espíritu y la fuerza de la vida que persiste, aún en medio de los días cortos y las noches largas, habituales en las sociedades del norte de europa de donde procede esta tradición.
El Adviento os invita a esperar la llegada de Jesus, con arrepentimiento, con reflexión y con alegría. Recordemos que Cristo vino al mundo pobre, en un humilde pesebre, y tengamos esto presente para tomar parte activa en las diferentes campañas que el área de Acción Social tiene vigentes, la actual destinada a paliar los efectos en las catástrofes en Filipinas, así como las de Navidad que se pondrán en marcha en los próximos días.
Fotos:
- Anunciación. Autor desconocido. Siglo XV. El Salvador. Toro (Zamora). Foto José ángel Rivera de las Heras.
- Portada de la I Dominica de Adviento.del libro de Jerónimo Nadal Evangelicae Historiae Imagines (1593) y Adnotationes et Meditationes en Evangelia (1594 y 1595).
- Corona de Adviento, con tres cirios morados y uno rosa.
- Predicación de San Juan el Baustista,Bartholomeus Breenbergh, 1634. Metropolitan Museum Art, Nueva York (EE:UU).