La procesión
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- Viernes, 25 Marzo 2011
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Desde el principio la música vocal estuvo ligada a la procesión que la hermandad realizaba el Viernes de Dolores con el Santísimo Cristo del Espíritu Santo por las calles de Zamora. En un primer momento la presencia de esta se reducía a la celebración del acto penitencial en el atrio de la Catedral, en el que se interpretaron las composiciones "Perdona a tu pueblo Señor" (1975), "Las Lamentaciones de Jeremías" (1977) y dos misereres gregorianos (1976 y 1978).
Desde 1976 la hermandad contó con un coro propio que a partir de 1978 actuará también durante el recorrido de la procesión (interpretando ese mismo año el "Dies Irae").
A partir de 1979 la hermandad va a contar con dos composiciones realizadas expresamente para ella por parte del musicólogo y compositor Miguel Manzano, el "Crux Fidelis", destinado a ser interpretado durante la procesión y el "Christus Factus Est", para el acto penitencial de la Catedral.
El coro constituyó desde el principio un grupo activo y dinámico, con una densa vida asociativa dentro de la hermandad. Buena prueba de ellos fueron las diferentes cenas-homenaje organizadas por este grupo para agradecer la dedicación y el trabajo de diferentes personas a favor del engrandecimiento de la cofradía. Francisco Javier Escudero Arias es nombrado primer director y estará al frente de la formación hasta el año 2000, que asumirá la dirección Eduardo Vidal Rodríguez.
Crux Fidelis
El "Cruz Fidelis", (Antífona e himno de la Misa de los presantificados - Viernes Santo), es un himno escrito en honor a la Santa Cruz, que según la tradición fue escrito por Venancio Fortunato, obispo de Poitiers, en torno al año 600. Fue musicada por Miguel Manzano en tonalidad menor.
Christus Factus Est
El motete "Christus Factus Est", se trata de un fragmento de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (Flp 2, 8-9) que se ha incorporado a la liturgia de la iglesia como parte del Gradual de la Misa In Coena Domini (Jueves Santo). Actualmente se lee o canta como versículo antes del evangelio de la Misa del Domingo de Ramos. Según Estéban del Cigoñal (en comentario conservado en el archivo de la hermandad), Miguel Manzano compone aquí "una música sencilla y clara, escrita en tono menor con variantes de respuesta tono relativos y terminada con melodía alta para exaltar el nombre de Jesús dentro de su tonalidad menor".
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- Viernes, 25 Marzo 2011
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Hasta que en 1978 se incorpora el coro a la procesión del Viernes de Dolores (hasta ese año tan solo participaba en el acto penitencial del atrio de la Catedral), el único sonido del cortejo era el producido por una especie de pequeñas matracas de madera. Estas matracas estaban formadas por varias tablillas de madera unidas por el extremo superior y producían sonido al hacerlas entre chocar entre si.
Instrumento de la familia de los idiófonos (el sonido se produce por la vibración del propio instrumento) y de origen oriental -aunque conocidas en el mundo romano-, las matracas fueron introducidas en España por los árabes y no siempre tuvieron usos ligados al hecho religioso o ritual. En la liturgia católica se utilizaban para sustituir a las campanas durante los días de la Semana Santa. También para simbolizar la convulsión de la naturaleza que siguió a la muerte de Cristo, en el final del Oficio de Tinieblas, celebrado en la tarde del Miércoles Santo. En el momento de introducirlas en la hermandad, en la Semana Santa de Zamora ya se utilizaban las matracas en la procesión -que precisamente el Miércoles Santo-, celebra la Hermandad de Penitencia.
Quizás por este motivo, o por buscar un mayor efectismo en la procesión, en 1977, las matracas de tablillas van a ser sustituidas por otro instrumento -de usos similares a las matracas-, las carracas o “tinieblas”. Las “tinieblas” de la hermandad, están formadas por la unión central de ocho carracas simples, que son percutidas con una rueda dentada -situada en el centro de unión-, a través de una pequeña manivela. La existencia de varias lengüetas percutidas de forma consecutiva produce un sonido “rasgante”, sordo y prolongado. Habitualmente durante la procesión del Viernes de Dolores se hacen sonar tres veces consecutivas, de tres vueltas cada una.
Se construyeron siguiendo el modelo de las que se utilizaban en el Real Monasterio de Sancti Spiritus, en la ciudad de Toro -de monjas dominicas contemplativas-; una nueva reminiscencia monacal -esta vez femenina-, y toda una casualidad por la coincidencia en la advocación del monasterio con la de la iglesia, sede de la hermandad. No deja de resultar curioso que por la reinterpretación en los usos de algunos elementos litúrgicos –practicada por las cofradías de Semana Santa, especialmente a lo largo del siglo XX-, se produzcan contradicciones como el hecho de que en la procesión del Viernes de Dolores, las carracas coexistan con las campanas, a las que tradicionalmente sustituían durante los días de la Pasión.
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- Viernes, 25 Marzo 2011
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Quizás sea el campanil procesional uno de los elementos más singulares de la procesión de la hermandad y de la Santa de Zamora. Sin que constituyera una necesidad litúrgica básica para la procesión, los fundadores de la hermandad deseaban que el cortejo del Santo Cristo por las calles de Zamora estuviera acompañado por el sonido fúnebre de una campana -que propalara a lo largo del itinerario el tañir de las campanas de la iglesia del Espíritu Santo-.
En 1977 Miguel Fernández Calles diseña y realiza en forja las andas sobre las que se portaría el campanil. El conjunto está formado por una estructura de arquillos góticos adornados con faroles y sobre los que apoya el yugo de la campana. Al igual que las del Santo Cristo, los laterales de las andas se cubren con faldillas de estameña blanca, con el emblema de la hermandad rodeado de una orla vegetal.
La campana, de la que no se conoce procedencia ni fecha exacta de fundición –si bien por su tipología podemos aproximarla a las últimas décadas del siglo pasado-, fue adquirida en Salamanca a Valentín Cabrillo García -heredero de una larga saga de campaneros salmantinos-, y lleva por nombre Santiago Apóstol.
En la procesión del Viernes de Dolores el campanil es portado por doce hermanos. Su situación abriendo el cortejo procesional cumple la misma función que a lo largo de la historia han desarrollado “avisadores” o “muñidores” que anunciaban a la gente la presencia de cristo en las calles y que hoy se mantiene en la figura del “barandales” que abre algunas procesiones de la ciudad.
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- Viernes, 25 Marzo 2011
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El incensario procesional, que por su tipología responde más a las características de un pebetero o sahumerio, es otro de los elementos singulares de la procesión. Al igual que sucediera con el campanil, contar con un incensario monumental para la procesión del Viernes de Dolores era otra de las aspiraciones de la hermandad desde su fundación.
El pebetero es utilizado para quemar incienso al paso del Santísimo Cristo por las calles como símbolo de oblación y veneración a la divinidad y realeza de Jesús. El acto de incensar responde a una tradición ritual que se registra ya entre los asirios, babilonios, egipcios, judíos, griegos y romanos y que fue asumida por el cristianismo desde los primeros tiempos.
Será en el año 1979 cuando la hermandad encargará a Miguel Fernández Calles que diseñe y realice el incensario procesional que vendría a sustituirlos incensarios de mano –cedidos por varias parroquias de la ciudad-, que se utilizaban hasta entonces para la procesión.
La Semana Santa de Zamora ya contaba con un precedente de incensario procesional en la procesión que la Cofradía del Silencio realizaba cada Miércoles Santo. Es posible que esta circunstancia influyera en la transformación del proyecto inicial de realizar varios incensarios pequeños por parte del mismo artesano y que había sido aprobada en el Cabildo Menor de 1978.
El incensario, realizado en hierro forjado, se estructura a partir de una serie de nervios que confluyen en una clave central, que sirve de soporte al brasero o pebetero propiamente dicho. El brasero se remata con cuatro hacheros con velones. Con motivo de reforzar su estructura original se le realizarán varias reformas adquiriendo su forma definitiva en 1990.
Durante la procesión del Viernes de Dolores el incensario es portado por cuatro hermanos.
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- Domingo, 20 Marzo 2011
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Durante los tres primeros años la hermandad abría su procesión del Viernes de Dolores con una sencilla cruz guía de madera. Se trataba de una cruz trebolada que presentaba en el cruce de sus brazos un bajorrelieve del símbolo del Espíritu Santo.
En 1978 se estrena una nueva cruz guía donada por la familia Alonso Luengo. Se trata de una cruz de inspiración románica, diseñada por José Alonso Luengo que más que reproducir lo que sería una cruz procesional del medievo -habitualmente de orfebrería o forja-, le da forma a partir de la recreación de un crucificado románico prototípico.
La cruz, tallada en madera por Julián Román Gonzalo "Alito", y policromada en pan de oro, representa un Cristo en majestad -iconografía típicamente románica-. El cristo presenta los ojos abiertos en actitud triunfante, el cuerpo vertical, brazos y piernas rectos y está sujeto a la cruz con cuatro clavos. Está tocado con corona real, y se cubre con un paño de pureza que llega hasta las rodillas.
El reverso está decorado con motivos vegetales y simbólicos, destacando el cordero pascual en el cruce de los brazos y los símbolos de los evangelistas (Tetramorfos), en los extremos, representación muy habitual en este tipo de cruces y con precedentes cercanos como el Crucifijo de don Fernando y doña Sancha, donado por Fernando I al Monasterio de San Isidoro de León (hoy en el Museo Arqueológico Nacional).
La Cruz de Penitencia
En 1989 Ricardo Flecha Barrio realizó en madera y hierro una Cruz de Penitencia de gran tamaño y que es llevada en posición alzada por un hermano previa solicitud, para cerrar la procesión.