"Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15)

 
Al igual que en los últimos años, las parroquias del Espíritu Santo y San Claudio de Olivares iniciaron de forma conjunta la Cuaresma con una celebración de la Palabra y rito de imposición de la ceniza, en esta ocasión en la iglesia del Espíritu Santo. Algunos hermanos de nuestra cofradía acompañamos a los fieles de ambas parroquias participando activamente en la celebración y dando inicio a este tiempo de conversión junto a nuestro Santísimo Cristo.
 
Desde el S. IV, la Cuaresma se constituye y vive como tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno, la limosna y la abstinencia.
En este sentido, el signo de la ceniza es un recordatorio que advierte de la vanidad efímera de lo humano, de la fragilidad del hombre creado del polvo de la tierra y destinado a volver a él. La Iglesia comienza con la ceniza cuaresmal lo que culminará con el fuego de Pentecostés, una paradójica secuencia invertida, desde lo inerte consumido a la viva lengua ardiente, las llamaradas del Espíritu enviado por Cristo, que enciende la caridad y el fervor en las almas.
 
La Cuaresma se convierte en un tiempo privilegiado para encontrarnos con el sacramento de la reconciliación, para ser perdonados y para perdonar; para convertirnos en agentes de la infinita misericordia de Dios. ""La Palabra es un don. El otro es un don", es el título del mensaje de Cuaresma de SS El Papa Francisco, invitándonos a poner los ojos en el otro.
 
Tradicionalmente la ceniza utilizada para el rito, procede de la quema de las palmas y ramos utilizados para conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalen. La mayoría de las parroquias de nuestra ciudad utilizan la obtenida por la quema de palmas que realiza, en la Solemnidad de Cristo Rey, la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalen.
 
 
Fotos: Archivo de la Hermandad.