Primera procesión (Año 1975)

El Viernes de Dolores -sexto viernes de Cuaresma-, llamado también Viernes de Concilio, es el viernes anterior al Domingo de Ramos y está dentro de la semana conocida como Semana de Pasión. Históricamente era un día dedicado fundamentalmente a la virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores -que también se celebraba el 15 de septiembre-. Sin embargo tras la reforma de Pablo VI la festividad de los Siete Dolores de la Virgen se pasó exclusivamente al mes de septiembre, desapareciendo del calendario litúrgico del sexto viernes de Cuaresma que tradicionalmente se ha seguido llamando Viernes de Dolores.

A pesar del cambio en la liturgia oficial, la tradición ha conservado numerosas celebraciones en torno a la virgen que se celebran el Viernes de Dolores, muchas de ellas integradas en la Semana Santa, que en numerosos lugares de España, comienza este día.

El primer anteproyecto de estatutos de 1974 de la hermandad no planteaba procesionar el Viernes de Dolores sino un viernes de cuaresma (sin especificar), a las diez y media de la noche. El día se mantendría en secreto (por lo que se planteaba ir variando de fecha) para evitar la proliferación de curiosos y discurriría por el camino de Valbueno hasta el primer montículo, donde se realizaría un acto penitencial.

Ante el rechazo de la Junta Pro Semana Santa -que temía el desplazamiento de jóvenes “descreídos” que ocasionaran problemas de orden público- y que consideraba que una procesión cuaresmal quedaba fuera de sus competencias, la comisión fundadora rectifica el proyecto cambiando el día de la procesión: dudándose entre el Domingo de Ramos a las once de la noche y el Miércoles Santo, a las cinco de la madrugada.

Una nueva recomendación, esta vez del Obispado, les anima a celebrar la procesión fuera de la Semana Mayor y a una hora más proclive para la participación del público. Finalmente y ante el silencio de la Junta Pro Semana Santa se opta finalmente por celebrar la procesión el Viernes de Dolores a las diez y media de la noche.

Sin duda es curioso que la procesión de una hermandad fundada en torno a un crucificado, se celebrase en un día cuya tradición parece sugerir una celebración mariana (el novenario en honor a Nuestra Madre de las Angustias en Zamora finaliza ese día). La inspiración monacal –y específicamente cisterciense- que tuvo la hermandad habría apuntado también en dirección de una titularidad mariana para la hermandad, pues la virgen ha sido y es modelo de la vida espiritual cisterciense, o al menos una titularidad compartida.

Sin embargo la nueva hermandad se organizó en torno a una imagen de Cristo -si bien esta representa el quinto de los Siete Dolores de María: la Crucifixión-, y finalmente optó por celebrar su procesión con la imagen del Santísimo Cristo del Espíritu Santo el Viernes de Dolores.

El primer desfile procesional se celebró el 21 de marzo de 1975, pero la hermandad aún planteaba cambiarlo al Domingo de Ramos, si este cambio pudiera favorecer el ingreso de la hermandad en la Junta Pro Semana Santa. La falta de acuerdo para este ingreso hizo innecesario el cambio, por lo que la hermandad continuó celebrando su salida procesional el Viernes llamado de Dolores en el que tradicionalmente la liturgia había conmemorado los dolores de María.

Desde el primer año y desechada la idea inicial de procesionar por el camino de Valbueno, la hermandad acude hasta la Santa Iglesia Catedral, en cuyo atrio, hace estación, proclamando el Evangelio de la Pasión y celebrando un acto penitencial (que se celebró fuera del atrio -en la plaza de la Catedral- de 1991 a 1995).

Con ligeras modificaciones de itinerario, la procesión del Viernes de Dolores se sigue desarrollando de la misma forma desde 1975.